miércoles, 6 de abril de 2011

ARTESANOS

La Intendencia de Montevideo es permisiva con algunos. Pero muy severa con otros. Viene empleando un plan de liberación de espacios públicos, que significa despejar de “indeseables” aquellos lugares que disfruta el resto de la ciudadanía.
Foto: artesanoscagancha.blogspot.com

Ayer a la tarde los artesanos que habitualmente se ubican en la Plaza Independencia fueron expulsados de su lugar del trabajo. La policía -ordenada por la IM- se encargó del procedimiento apoyada por el servicio de 222 –contratado por la IM-. Juntos incautaron la mercadería de los trabajadores, lo que causó incidentes. Previo a continuar aclaro que la justificación para el desalojo se sustenta en que los hippies no cumplen con una normativa municipal. No se puede ocupar lugares públicos para dedicarse a la venta.

Uno podría afirmar que estos artistas/trabajadores no molestan a nadie. Es más, generalmente son una atracción para los turistas y un colorido de nuestras plazas. Al ser artesanos, ni siquiera venden –naturalmente- nada de contrabando.

Tampoco venden sustancias prohibidas, aunque no niego que utilicen algunas para consumo propio. Hasta 100 gramos por persona tenemos permitido. Nada que hacer para la Intendencia en este caso. Vivo a una cuadra de la comisaría del barrio y a media cuadra de la boca de pasta base correspondiente al Centro Comunal Zonal nº 13. Todos sabemos lo que allí pasa menos la policía y la IM.

No se entiende la dureza. Tal vez Ana Olivera es del parecer de Ronald Reagan. El ex presidente de Estados Unidos veía a los hippies como “alguien que tiene el aspecto de Tarzán, anda como Jane y huele como Cheetah” ¿Será por esta razón que la intendenta pretende “liberarnos” de ellos? Los desalojos han sucedido en otras plazas desde el año pasado. Cagancha, Independencia, Mercado del Puerto, entre otras.

Por otro lado, vemos a diario espacios públicos de nuestra ciudad repletos de “indeseables”. Para nosotros. No para quienes gobiernan Montevideo. Los vagabundos, los rateros y otros individuos no muy amigables tienen el derecho a estar en las plazas. No existe normativa municipal contra ellos. O simplemente a la comuna no le interesa desterrarlos.

Deberían. Así como deberían dejar trabajar a aquellos que lo hacen sin molestar. Y no solo eso, sino que además son prestadores de un encanto turístico para la ciudad; la IM podría valorarlo como una contraprestación por “ocupar” lugares públicos para ganarse la vida.

Los artesanos. Todos pensamos en ellos adornando nuestros espacios públicos. Vendiéndonos collares, pulseras y tobilleras que solo usamos en verano. Dibujando caricaturas ingeniosas. Manufacturando adornos extraños. Las plazas estarán vacías de color y no se sabe hasta cuándo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario