sábado, 30 de julio de 2011

MÁS QUE UN CENTRO DE SALUD


Detrás de una simple policlínica de barrio hay muchas organizaciones y personas que trabajan para brindar el mejor servicio posible a quienes lo requieran. La policlínica San Marcos está ubicada en la ciudad de Las Piedras, departamento de Canelones, pertenece a ASSE (Asociación de Servicios de Salud del Estado) y es lugar de trabajo de ocho profesionales de la medicina.

El doctor en Medicina Familiar y Comunitaria Álvaro Gutiérrez, que responde a ASSE y a su vez combina actividades con la facultad de Medicina de la Universidad de la República, trabaja en la policlínica desde hace cinco años. “Nosotros vemos al paciente como un ser bio-psico-social. Tratamos de hacer el abordaje de forma completa y homogénea, abordando todos esos puntos”, afirma Gutiérrez.


La policlínica está abierta de lunes a viernes desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde. Cuenta con un radio geográfico de atención definido por el arroyo de Las Piedras al sureste, la calle Brigadier Manuel Oribe al noroeste, al norte por las calles J. Torres García y Manuel Meléndez, al oeste por la calle Espíndola y al sur por la calle Luis de Sosa.

Dentro de las actividades clínicas, San Marcos brinda servicios de medicina familiar, pediatría y ginecología, además de dos turnos de enfermería de seis horas cada uno.

Por otro lado, en la policlínica también se desarrollan actividades comunitarias dentro de las cuales se ubican las denominadas “extra-muro” y el Diagnóstico de Situación de Salud. Cuentan con una determinada cantidad de horas semanales que deben destinarse a ese trabajo “extra-muro” que consta en la promoción de salud en el barrio, dar talleres y charlas sobre diferentes temas. El manejo de las actividades a realizar en ese horario depende de los médicos que allí trabajan, aunque ASSE puede solicitar labores sobre temas que considere pertinentes.

Dentro de las actividades comunitarias se pretende hacer un Diagnóstico de Situación de Salud sobre los barrios La Esperanza y El Milagro. Allí residen personas que solían vivir en asentamientos hasta que fueron relocalizados en esta zona ocho años atrás. El Diagnóstico de Situación de Salud se quiere hacer ya que no hay dato alguno sobre los problemas que padecen quienes allí viven, ya sean estrictamente de salud como de otros inconvenientes tales como violencia doméstica. Una vez finalizado el diagnóstico, quedará elaborada una lista de problemas a solucionar. Estos se deberán priorizar para saber cuáles son aquellos que deben ser tratados con urgencia. 

Los recursos humanos, económicos y de infraestructura para realizar tanto las actividades clínicas como las comunitarias provienen no solo de ASSE, sino también de la UDA (Unidad Docente Asistencial). Por ASSE trabajan la Dra. Hohl (medicina general), el Dr. Álvaro Gutiérrez (medicina familiar), Dra. Silvia Simón (pediatra), Dra. Techera (ginecóloga) y la licenciada Elisa Torres (asistente social). La UDA aporta a la nutricionista Claudia Eirín, a la Dra. Andrea González (pediatra) y el Dr. Ernesto Laborde (ginecólogo).

Las consultas domiciliarias y de prevención en el barrio están a cargo de ASSE, mientras que todo lo referido con el Diagnóstico de Situación de Salud depende de la UDA.

La UDA de Las Piedras, cuya directora es Geaneli Villagra, realiza actividades docente-asistenciales. Dentro de lo docente está en dar clases teóricas y talleres a estudiantes de Medicina de la Universidad de la República. La parte asistencial consiste en las consultas con pacientes por parte de los estudiantes.

SITUACIÓN ACTUAL DE LA POLICLÍNICA SAN MARCOS:

Actualmente la policlínica se encuentra colapsada. Cuenta con tan solo dos consultorios para más de 16 tipos diferentes de consultas que se brindan por semana. La cocina es utilizada en muchas oportunidades como consultorio.

Hubo proyectos para adaptar la cocina como consultorio pero no tuvieron éxito por falta de recursos. Ahora se están haciendo gestiones para construir un nuevo consultorio en un pequeño espacio que "sobra" entre uno de los costados de la policlínica y la vereda que da a la calle.

Independientemente de ASSE y de UDA existe un agente comunitario. Es una persona que vive en el barrio y que actúa de nexo entre la comunidad y el equipo de salud de la policlínica.

La interacción entre la policlínica San Marcos y las personas que viven en los barrios adyacentes es fundamental. Los médicos residentes brindan una atención dedicada y que pretende ser cada vez más personificada. Este trabajo ha dado sus frutos y muchas personas se acercan diariamente desde La Esperanza y El Milagro para ser atendidos, lo que produjo algunos problemas dado que la cantidad de pacientes muchas veces supera la capacidad de las instalaciones y del personal. Las intenciones de seguir mejorando el servicio por parte de los profesionales que llevan adelante la policlínica están firmes. Los recursos son escasos, pero aumentan –lentamente- con el correr del tiempo. Las autoridades tienen razones importantes para decidir seguir ayudando a este establecimiento médico.


domingo, 10 de julio de 2011

LADRONES DE IDENTIDAD


La sensación de inseguridad en la capital uruguaya ha mutado la personalidad de algunos de sus habitantes. Los miedosos.

Gente que solía pasearse tranquilamente por la plaza de su barrio, hoy se encierra tras las rejas de su casa. Personas que acostumbraban hacer a diario los mandados en el almacén de la esquina, ahora buscan el surtido semanal en los grandes supermercados.

En Montevideo hay muchos miedosos. Estoy rodeado de ellos, y no los culpo. Aunque tampoco a Canal 4. Dentro de ese universo, existen varias categorías con distintas patologías.

La madre paranoica es una. Ella teme que le roben, pero la preocupación no termina ahí. Su miedo se multiplica por cada hijo que tiene. Los celulares son los que la mantienen cuerda. Sus niños pueden avisarle en todo momento dónde están. Si no lo hacen, ella los puede llamar una y otra vez. Los tiene como “número amigo”.
El adolescente menudo. Otro. Este prototipo solo teme por su propia seguridad. Son blanco fácil para los malandrines que van de a dos. El celular, el mp3 y algunos pesos que sus abuelas les dan cada vez que las visitan. El jornal del chorro.

Las muchachas de televisión. Y no porque aparezcan en ella. En la adolescencia, a los chicos y chicas les sobra el tiempo libre. Ese tiempo lo utilizan, además de para entrar a Facebook, para mirar televisión. La caja negra ejerce gran influencia sobre ellos. Los informativos se encargan de que estas mujeres miren constantemente para ambos lados en la calle. Y no para cruzarla.

Los abuelos miran para atrás cada vez que detectan sonido de pasos. Pobres. No pueden salir tranquilos en su caminata diaria. ¿Cuántos la han suprimido a causa de esto? No lo sé. Montevideo se está desnaturalizando. Ver veteranos por todas partes caminando por las calles es algo típico de nuestra ciudad. Que no se pierda.

ABUELO ROCK

“Traeme un café en vaso nomás” fueron las primeras palabras de Roy Berocay al sentarse en una de las mesas de La casa del whisky. Llegó caminando, bajo la lluvia. Con el cabello canoso mojado y una guitarra al hombro.

Su delgado físico y su enérgico andar no responden a sus 56 años. Esposo. Padre de cinco hijos. Abuelo de siete. Vive en Las Toscas, Canelones, y viene a Montevideo seguido para dar charlas en las escuelas, hablar de sus libros y tocar con su grupo de música Ruperto rock and roll. Pero no fue siempre así. Creció en la capital, en Reducto. Luego a Chicago, en Estados Unidos. Parque del Plata en Uruguay. Buenos Aires en Argentina. Todos –en ese orden- fueron lugares de residencia de Berocay. 

Hoy es escritor de literatura infantil, compositor y cantante. Antes: tuvo “como 40 trabajos diferentes”. “Lo que se te ocurra lo hice. Desde limpiar baños hasta trabajar en fábricas, oficinas y vender libros puerta a puerta. Trabajé en un barco pesquero y en una transportadora de caudales. En un taller de chapa y pintura como soldador.  Hice de todo un poco” concluye luego de un largo sorbo de café. Sin embargo, su trabajo como periodista es del que tiene mejores recuerdos. Fue corresponsal de la agencia de noticias Reuters, cronista policial de "El Diario", además de escribir para diferentes revistas uruguayas.

“Componer y hacer literatura son las dos cosas que me gustan más. Lo de escribir para prensa, si bien me gustaba mucho, era como un trabajo. En el buen sentido. Siempre digo que como trabajo fue el que me gustó más. Porque no considero que componer, hacer música o escribir un libro sea un trabajo”.

“DE CUALQUIER SITUACIÓN PUEDE SURGIR UNA IDEA”

Berocay que no da vueltas. Su mirada se pierde en la ventana que da a la calle Uruguay cuando recuerda su pasado. Pero mira firme a los ojos cuando habla de su forma de pensar. 

Considera que la palabra “inspiración” está sobrevalorada y que la mayoría de la gente “cree que es una cosa mágica que trae un hada o algo por el estilo”. Para Roy, la inspiración es tener una idea y desarrollarla. Sin misterios. “Cualquier cosa te puede dar una idea: ves a un mozo en un boliche -mira a quien nos sirvió el café- y podés pensar que el tipo es un espía y que está observando a la gente para llegar a hacer no sé qué cosa”, su propia sonrisa termina la frase. Asegura que de cualquier situación puede surgir una idea.

Le gusta mucho leer. Casi siempre tiene un libro en la mesa de luz. El tiempo que le “sobra” luego de haber terminado un libro y antes de comenzar otro, lo pasa leyendo novelas policiales. “Me gusta la ficción, me gusta leer. Me distrae… está bueno”. El autor japonés Haruki Murakami -que “descubrió” hace unos años gracias a un compañero de trabajo- es quien lo mantiene entretenido por las noches antes de acostarse. “Es mi escritor favorito. Hace poco se publicó su último libro que tiene como 800 páginas, pero falta la segunda parte que está por salir. Así que voy a tener que esperar”, confiesa con entusiasmo.

De pequeño leía libros “muy grandes”. “No sé si realmente entendía todo, pero me gustaban”. Seguro al deletrear el nombre escritor norteamericano Mark Twain y los títulos y personajes que más le encantaron de chiquito: “Las aventuras de Tom Sawyer” y el personaje Huckleberry Finn. “Me fascinaba porque era muy libre, no tenía padres, vivía por ahí, andaba en una balsa, iba a pescar.”

“SIEMPRE ME LLEVÉ BIEN CON LOS NIÑOS”

En sus comienzos como escritor, Berocay jamás pensó que iba a terminar siendo un referente en literatura infantil en Uruguay. Originalmente, cuando pensó en escribir tuvo la intención de hacerlo para adultos. Luego de publicar su primer libro Pescasueños (1986), le surgió la posibilidad de hacer otro libro para niños. “De pronto me empecé a atrapar porque sentí, y no es un tema que tenga que ver con el éxito porque eso comenzó años después, que era necesario. Ya había miles de personas escribiendo para adultos y en ese momento acá no había nada para niños”. El efecto que provocó en él su primera charla en una escuela lo terminó de convencer de que estaba siguiendo el camino correcto. 

“Por alguna razón siempre me llevé bien con los niños”, dice como sin encontrar el porqué. “La semana pasada en una escuela del barrio Bella Unión estaba parado previo a dar una charla. De pronto viene una gurisa y me abraza bien fuerte y se me queda abrazadita. Una gurisa chiquitita, ¿viste?”.

Parte del éxito de su literatura infantil se da porque no distingue entre escribir para adultos y escribir para niños. Para él, la calidad y el rigor tienen que ser los mismos. Escribir para niños no consta en “garabatear un cuentito”. Mantener el interés de un niño en un libro es mucho más difícil que mantener el interés de un adulto: “A un niño, si no te lo ganás en las primeras cuatro o cinco páginas, lo perdés para siempre. El adulto te da como 40 páginas de crédito”.

“Otro concepto que tengo y por el cual discrepo con muchos colegas es que existe una idea general de que todo lo que se hace para niños tiene que ser didáctico”. Explica que cuando alguien va a escribir una novela o graba un disco para adultos no piensa en si va a enseñar algo. Lo hace para expresar cosas y transmitir emociones. “Si uno no hace exactamente lo mismo con los niños, los está subestimando. Cuando se hace arte para niños, tiene que ser arte para niños. Si aprendió algo de paso está todo bien, pero no que sea una cosa deliberada”. Para Berocay enseñar no es su trabajo.

Asimismo, reconoce que el tema puede ser diferente, aunque depende del libro. “Con los libros del Sapo Ruperto lo que procuro es que sean divertidos, que tengan mucho humor, aventuras y que generen interés por el lado de las situaciones locas y cómicas”. En las novelas adolescentes como Pequeña ala, La Niebla y Eterna azul, Berocay se permite ir un poco más lejos. Trata situaciones cotidianas con mayor profundidad.

RECONOCIMIENTO, PREFERIDOS Y MÚSICA

Una encuesta elaborada por Universia, sobre los escritores uruguayos más leídos por universitarios, ubicó cuarto a Roy Berocay entre escritores que los estudiantes le recomendarían a un extranjero para que entienda nuestro país. Además, cinco de sus obras se posicionaron entre los 100 libros preferidos.

“Lo de que se me recomiende para conocer cómo son los uruguayos me genera mucha alegría. Quiere decir que mis libros reflejan mucho el tema de la identidad que es algo que me interesa. Tener cinco libros entre los 100 también me parece una cosa bárbara. Me llama la atención que los universitarios se acuerden todavía de esos libros porque son libros que leían de chicos. Supongo que algún tipo de influencia tuve en ellos”.

Luego de haber terminado el café y haberle dado los primeros buches al vaso de agua que lo acompañaba, Roy Berocay confiesa tener un cariño especial por los libros del Sapo Ruperto, personaje que lo ha marcado como escritor. De todas maneras, estos libros no son los que más le gustan. “Apocalypso surgió en 2008 y es una novela corta para adultos que salió con un disco de un grupo musical que yo integraba: La Conjura. Es un trabajo conjunto para una obra conceptual en la cual la novela más el disco componen una historia. Creo que es lo mejor que he hecho tanto a nivel literario como a nivel musical”. Irónicamente es una de sus obras menos reconocidas, lo que supone “una especie de ironía del destino”.

A lo largo de su carrera ha ganado importantes premios. Por Ruperto Detective recibió el premio editorial TAE y el premio Ministerio de Educación y Cultura, ambos en 1989. Además, ganó en cinco oportunidades el premio Bartolomé Hidalgo y el Municipal en 1992. Estas condecoraciones lo tienen sin cuidado. Afirma que los premios en Uruguay reconocen el buen trabajo del artista, pero que son rotativos. “Cada cinco años más o menos me toca uno. Cuando se termina toda la ronda de escritores, ya le dieron a este, a aquel, ahí dicen: “che, ¿y Roy Berocay?” Y ahí te toca de vuelta. El último que me dieron fue a la trayectoria, así que por un buen tiempo no lo voy a volver a tener”.

A los 16 años conformó su primer grupo musical, Silos (Solís al revés), junto con amigos. Tiempo después se sumó al El Conde de Saint Germain (como cantante y vocalista), una reconocida banda de rock y blues que tuvo su auge entre 1990 y 1994. En el ya desaparecido pub Paralelo 27 realizó un exitoso ciclo de un año y medio de duración con hasta dos o tres presentaciones semanales. A fines del 96 nació La Conjura, en la cual tocó tres años con uno de sus hijos (Demián). 

Hoy en día Roy ensaya con los viejos integrantes del Conde de Saint Germain, para volver a tocar este año. Además, su banda para niños Ruperto rock and roll –compuesta por él y dos de sus hijos- le ocupa gran parte de su tiempo entre ensayos, funciones y giras por todo el país.

Haber integrado grupos musicales con sus hijos en más de una oportunidad no es algo común, pero Roy, fiel a su estilo, lo cuenta como natural. Para que funcione, afirma que todos los integrantes de la banda son tratados como tal. Él no actúa en ningún momento como el padre de los otros músicos. Todos están en igualdad de condiciones. En La Conjura, cuando viajábamos al interior y demás, todos tenían voz y voto. Me ha pasado de presentar un tema, que no le guste a los demás y no lo hacemos. Si vos vas a tratar de imponerte como padre dentro del grupo, no funciona”.

Se hace cargo de la cuenta y de la propina. Se dirige a la puerta de la Casa del Whisky, se detiene un segundo y se aleja caminando bajo la lluvia. Sin paraguas pero con la guitarra al hombro. Ahora, de regreso a su casa en Las Toscas. En unos meses se presentará con su banda en Buenos Aires y Rosario. A la vuelta: gira por todo el Uruguay. Seguramente camino a Las Toscas alguna idea ingeniosa aparezca en su mente. Si la plasma en un libro o en una canción, el tiempo dirá.

miércoles, 8 de junio de 2011

CAZA DE MARIPOSAS

Foto: www.bbc.co.uk

Los humanos no somos únicos. Jun-Ya Ide ama las mariposas. Luego de estudiar a los licénidos –una especie de este insecto- notó que sus hembras cierran las alas cada vez que quieren evitar la atención de los machos persistentes.

Las mujeres son mucho más evidentes cuando no les interesa iniciar una charla con un tipo. Esto repercute en la confianza del hombre. El miedo inevitable que todo macho sufre en algún momento de su vida es el miedo al rechazo. Todos han sido repelidos por algunas féminas varias veces a lo largo de su vida. Todos. La clave es superar este estado. Luego, un nuevo mundo se abre. Un mundo en el que predominan los encares y rebotes. Aunque algún gol siempre se mete.

De todas maneras, la salvación llega luego de transitar un camino repleto de noes. Duros, agresivos, dulces y corteses. Algunos son demasiado directos para que nuestra barra de autoestima lo soporte sin desplomarse. Otros son tan sutiles que nos retiraremos con una sonrisa en la cara por más que nos hayan mandado a volar descaradamente. ¡Qué nabos!

El recurso más utilizado por una mujer para desviar la atención de un hombre es alegar noviazgo. Cómo mínimo el 50% de quienes se aferran a esto miente. No quiere saber nada contigo.

Otras están siempre con alguna amiga y nunca quieren dejarla sola. Consiguen eliminar a quienes no insisten lo suficiente. Pero tienen un talón de Aquiles: no cuentan con que el pirata seguramente buscará -y encontrará- un compañero que acompañe a la otra chica. Fácil solución.

Las agresivas son aquellas que no tienen mucha paciencia. No toleran el chamuyo, y menos la insistencia. Suelen dar una advertencia que decidimos no escuchar. Cachetazo en la cara.

Son genias quienes dan un número –falso- con cara de interesadas pidiéndote que las llames luego, que ahora se tienen que ir. Es el rechazo perfecto: el tipo se irá contento a contar a sus amigos que una mina le dio su número. Ya se lo sacaron de encima. No las van a molestar más. El hombre piensa que la llamará al día siguiente y centra su atención en buscarse otra para el resto de la noche.

Todo hombre en busca de mujeres fue, es y será rechazado. Eso algo que pasa y que no tiene que afectar. Es parte de la vida. Se debe ser insistente y calculador. Cada diez encares, seguramente uno funcione. Las chances están. Ánimo.

miércoles, 1 de junio de 2011

LIENZO URBANO

Montevideo es una ciudad repleta de “arte” urbano. No hay cuadra que no tenga al menos una casa o un muro grafiteado, pinturrajeado o empapelado. Los montevideanos somos expresivos, queremos compartir algo con el mundo. Muchos utilizan las paredes de la vecina como lienzo en blanco, otros escribimos en Internet. ¿Cuál es más efectivo? La futura popularidad de mi blog dirá.

Los grafitis “deportivos” arrasan en Montevideo. Artistas nacionalófilos y carboneros muestran con sus pinturas quien “manda” en ese barrio. Este tipo de arte es efímero y está en constante cambio. Cuando uno escribe por primera vez un “texto” partidario inicia una cadena sin fin. Al otro día seguramente un integrante del cuadro rival va a tachar ese grafiti, o si es más ingenioso le agregará algo. Un grafiti que diga “el manya manda” es cuestión de días para que se convierta en “el manya manda preso”. Un derroche de originalidad.

Foto: amigosmuseoblanes.blogspot.com
Otro tipo de grafiti es el ingenioso. Existen personas con buenas ideas, frases que te dejan pensando, que te producen gracia o, incluso, que te tranquilizan. Leer todos los días rumbo al trabajo por la calle Paraguay “tranquilo, vas en hora”, me calma. Hasta que miro el reloj nuevamente.

Las pintadas tontas me hacen rabiar. Generalmente son autoría de amigos que salen borrachos a descontrolar la noche. Suelen involucrar nombres propios, los nombres de sus novias y alguna ocurrencia del momento. Una pobre señora que vive en la calle Coronel Raíz, en el barrio La Blanqueada, tiene que convivir a diario con un “yo no fui”. Está pintado en rojo debajo de la ventana de su cuarto. Vándalos.

Y los grafitis políticos. Más que grafitis, grandes pintadas. Sus autores son poco pudorosos. Se dejan ver en vía pública ensuciando las paredes. Ni que estuvieran del lado de la autoridad. 

Salvo estas últimas, el resto de las pintadas aparecen de la noche a la mañana. Estos tipos se mueven sigilosamente. Son como gatos que se pasean en la noche sin nada mejor que hacer. Sus obras son diversas. Algunas buenas, otras malas. Nos acompañan a donde vayamos. Sea caminando o en ómnibus, todos las vemos. El grafiti es un buen medio de comunicación. Que sea mejor aprovechado.