miércoles, 8 de junio de 2011

CAZA DE MARIPOSAS

Foto: www.bbc.co.uk

Los humanos no somos únicos. Jun-Ya Ide ama las mariposas. Luego de estudiar a los licénidos –una especie de este insecto- notó que sus hembras cierran las alas cada vez que quieren evitar la atención de los machos persistentes.

Las mujeres son mucho más evidentes cuando no les interesa iniciar una charla con un tipo. Esto repercute en la confianza del hombre. El miedo inevitable que todo macho sufre en algún momento de su vida es el miedo al rechazo. Todos han sido repelidos por algunas féminas varias veces a lo largo de su vida. Todos. La clave es superar este estado. Luego, un nuevo mundo se abre. Un mundo en el que predominan los encares y rebotes. Aunque algún gol siempre se mete.

De todas maneras, la salvación llega luego de transitar un camino repleto de noes. Duros, agresivos, dulces y corteses. Algunos son demasiado directos para que nuestra barra de autoestima lo soporte sin desplomarse. Otros son tan sutiles que nos retiraremos con una sonrisa en la cara por más que nos hayan mandado a volar descaradamente. ¡Qué nabos!

El recurso más utilizado por una mujer para desviar la atención de un hombre es alegar noviazgo. Cómo mínimo el 50% de quienes se aferran a esto miente. No quiere saber nada contigo.

Otras están siempre con alguna amiga y nunca quieren dejarla sola. Consiguen eliminar a quienes no insisten lo suficiente. Pero tienen un talón de Aquiles: no cuentan con que el pirata seguramente buscará -y encontrará- un compañero que acompañe a la otra chica. Fácil solución.

Las agresivas son aquellas que no tienen mucha paciencia. No toleran el chamuyo, y menos la insistencia. Suelen dar una advertencia que decidimos no escuchar. Cachetazo en la cara.

Son genias quienes dan un número –falso- con cara de interesadas pidiéndote que las llames luego, que ahora se tienen que ir. Es el rechazo perfecto: el tipo se irá contento a contar a sus amigos que una mina le dio su número. Ya se lo sacaron de encima. No las van a molestar más. El hombre piensa que la llamará al día siguiente y centra su atención en buscarse otra para el resto de la noche.

Todo hombre en busca de mujeres fue, es y será rechazado. Eso algo que pasa y que no tiene que afectar. Es parte de la vida. Se debe ser insistente y calculador. Cada diez encares, seguramente uno funcione. Las chances están. Ánimo.

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