miércoles, 25 de mayo de 2011

MALDITO VELLO FACIAL

Foto: www.bbc.co.uk

La cultura de la barba es diferente según los países, las costumbres e incluso las condiciones climáticas. Esta semana, por ejemplo, se celebró el Campeonato Mundial de Barba y Bigote en Noruega. El alemán Elmar Weisser, de 47 años, obtuvo el título a la “Mejor Barba del Mundo” gracias a una compleja “escultura” de un alce hecha de pelo. De barba.

Dejando de lado a estos “profesionales”, los uruguayos también tenemos una cultura barbística. Tal vez menos original y mucho menos “marketinera” que la de los noruegos, pero que refleja -como toda costumbre- la idiosincrasia de nuestra gente.

Entre los más jóvenes se destacan dos estilos. Uno, el típico pibe con bigote pelusa. Otro, el privilegiado al que la genética lo bendijo con barba y bigote a la edad de 15. En ambos casos, la personalidad se ve reflejada de manera directamente proporcional al vello facial de la persona. Los de la fea sombrita debajo de la nariz suelen tener una personalidad débil y tímida.

Aquellos con barba y bigote a la edad de 15 son tipos más fuertes y confiados. El pelo en la cara les permite entrar a lugares de adultos inaccesibles sin una tupida chiva. Lo mismo con respecto a ganarse chicas: una barba bien cuidada en la adolescencia es sinónimo de ganarse muchachas hasta de 18 años. Una locura.

En los adultos la historia es otra. Dejando de lado a los normales que no usamos barba, quienes sí lo hacen se dividen en múltiples grupos. Los barba descuidada y rala tienden a ser sindicalistas. Los barba larga son pichis, o judíos ortodoxos. Los que usan barba “corta” y lentes son intelectuales. También están los que usan barba candado, que suelen ser gorditos “comunes” que encontraron en su vello facial un rasgo de distinción. Los pelados que equilibran la falta de pelo en la cabeza con una barba prominente son también una de las especies recurrentes.

Por último, los que nadie salvo ellos mismos se entienden: los “bigote”. Aquellas personas que cultivan un buen mostacho son raras. Por alguna razón –si les preguntás por qué no te lo dicen- un día decidieron dejarse crecer pelos debajo de la nariz para nunca más afeitarlos. Es un hecho: dejate el bigote y nunca lo abandonás. Estás destinado a seguir así de por vida. A convivir con él, a cepillarlo y recortarlo con esos artilugios diminutos que nadie más que ellos sabe dónde compran.

La barba dice mucho de una persona. Niños púberes: atentos. El primer pelo en un rostro lampo significa el punto de partida de una nueva vida. Barba corta, larga, candado, prolija, desprolija o bigote. ¿Quién quieren ser?

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